Los siguientes principios de fe reflejan nuestra posición cristiana y el lugar céntrico que damos a la Biblia como nuestra regla de fe y de conducta. Además son característicos de lo que creen y practican en su mayoría todas las iglesias de la tradición carismática protestante.
- Creemos en un solo Dios Trino y verdadero, en esencia y en existencia, Padre, Hijo y Espíritu Santo; eterno, creador y conservador de la vida (Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10-11; Mateo 28:19; Lucas 3:22).
- Creemos en Jesucristo como Hijo de Dios, la divina y eterna Palabra hecha carne y morando entre los hombres (Juan 1:14). Es el Hijo eterno de Dios hecho hombre, que ha “salido de Dios” (Juan 13:3) y “descendió del cielo” (Juan 3:13; 6:33). Único Salvador de la Humanidad a través de su sacrificio en la cruz por los pecados de todos (Juan 3:16; 1Juan 2:2).
- Creemos en el Espíritu Santo Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria. Como tercera persona de la Trinidad de Dios, es quien nos regenera, santifica, enseña y guía a la verdad, Cristo (Juan 16:8,12,14; 1Corintios 3:16,17; 6:19,20; 2Corintios 3:17).
- Creemos en la autoridad de la Biblia como la Palabra inspirada por Dios, que contiene el plan de salvación para el mundo (2Timoteo 3:15-17; 1Tesalonicenses 2:13; 2Pedro 1:21).
- Creemos que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, con un alma inmortal, y que por causa de su pecado, vino a estar totalmente separado de Dios. El hombre no puede, por sí mismo, restaurar su comunión con Dios (Génesis 1:26; Romanos 3:23; 6:23).
- Creemos que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, tanto universal como local, y está compuesta de individuos quienes, a través de la fe en Jesucristo, han sido regenerados por el Espíritu Santo. Creemos que Jesucristo es la Cabeza y el Señor de la Iglesia. La misión de la Iglesia es la adoración, el evangelismo, el discipulado, el cuidado y la ministración de unos a otros y el servicio al mundo (Mateo 25:31-46; 28:18-20; Colosenses 1:18; Efesios 2:19-22). Creemos que la Iglesia local es la expresión tangible del cuerpo de Cristo en una localidad en particular.
- Creemos que Jesucristo cargó en nuestro lugar, el castigo de todos nuestros pecados en la cruz del Calvario, y que su sacrificio fue perfecto y completo (Isaías 53:5; 1Pedro 2:24; 2Corintios 5:21; 1Juan 2:2).
- Creemos en el arrepentimiento de los pecados (Marcos 1:15; Hechos 3:19; Lucas 13:3).
- Creemos en que el ser humano que se ha arrepentido, es justificado por fe en la persona del Señor Jesucristo (Romanos 5:1; Tito 3:7).
- Creemos en que la regeneración o el nuevo nacimiento es necesario para la salvación (Tito 3:5; Juan 3:3).
- Creemos que la santificación es una experiencia continua a la justificación (Romanos 5:2; Hebreos 13:12).
- Creemos que la santidad es y debe ser característica de los creyentes nacidos de nuevo (Lucas 1:75; Hebreos 12:14; 1Tesalonicenses 4:3).
- Creemos en el bautismo en agua por inmersión, como una señal exterior de una obra interior, empleando la fórmula trinitaria en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19; Marcos 1:9-10).
- Creemos en que todos los creyentes, de acuerdo con el mandato del Señor Jesucristo, tienen el derecho y deben ardientemente buscar la promesa del Padre: el bautismo en el Espíritu Santo. Esta era la experiencia general en la Iglesia primitiva. Con esa experiencia viene la investidura de poder para la vida y el servicio, lo mismo que la dotación de los dones y sus usos en la obra del ministerio (Lucas 24:49; Hechos 1:4, 8; 11:14-16; 15:79; 8:12-17; 10:44-46).
- Creemos en el fruto del Espíritu como algo característico que describe la conducta del creyente (Gálatas 5:22-23; Efesios 5:9; Filipenses 1:11; Romanos 6:22).
- Creemos que es la voluntad de Dios que cada creyente busque conscientemente ser llenado por el Espíritu Santo como forma de vida cristiana y como único medio para servir a Cristo eficazmente (Efesios 5:18).
- Creemos en que Dios quiere sanar a todos los enfermos, pero no va a sanar a todos los enfermos. La razón de esto es un asunto quizás de fe o quizás del derecho divino o soberanía, no lo entendemos. Pero todo creyente es llamado a ejercitar su fe en Dios, a creer sus promesas y a desear la sanidad divina (Salmo 103:3; Isaías 53:4-5; Santiago 5:14-16; 1Pedro 2:24).
- Creemos en practicar la Cena del Señor cuantas veces sea necesario, participando de la misma los creyentes que han sido bautizados por inmersión y en la fórmula trinitaria (Lucas 22:17-20; 1Corintios 11:23-26).
- Creemos en sostener económicamente la obra de Dios, entendiendo que los diezmos y las ofrendas forman parte del plan económico que Dios ha desarrollado para este fin (Malaquías 3:10; Lucas 11:42; 1Corintios 9:6-9; 16;2; Hebreos 7:1-21).
- Creemos en que el creyente restituya al ofendido hasta donde le sea posible (Mateo 3:8; Lucas 19:8-9).
- Creemos y esperamos la segunda venida de Cristo con poder y gran gloria (1Tesalonicenses 4:13-17; Mateo 24:27; Santiago 5:8; Marcos 13:26; Lucas 21:27; 2Pedro 3:10).
- Creemos en la resurrección tanto para los justos como para los injustos (Juan 5:28-29).
- Creemos en la vida eterna para los creyentes (Mateo 25:46; Lucas 18:30; Juan 10:28); y el castigo eterno para los injustos, sin liberación y sin aniquilación (Marcos 3:29; 2Tesalonicenses 1:8; Apocalipsis 20:10-15; 21:8).