La red de «Iglesias amigas» nace como iniciativa conjunta de la Iglesia del Espíritu Santo e Iglesias en el Cono Sur de América que incorporaban la misión y visión de Jesucristo, ser testigos con palabras, hechos, acciones y gestos de las buenas nuevas del reino de Dios de la manera más amplia e inclusiva posible. Creemos en un modelo de trabajo abierto y horizontal como fórmula para desarrollar las iniciativas que surgen dentro de nuestra red. De esta forma se potencian los proyectos individuales de cada Iglesia que corresponde a la misión del grupo de «Iglesias amigas». Cada una de ellas cuenta con un grupo de apoyo específico para sus objetivos y ésta, a su vez, aporta con el conocimiento y experiencias de evangelismo. Este contacto confiere un valor añadido a cada una de las actividades que realizamos.

A través de giras pastorales, conferencias y reuniones con autoridades de los distintos ministerios, tratamos de identificar carencias, demandas, cualidades y debilidades, en base a las cuales establecen las líneas de colaboración entre las personas y colectivos vinculados a nuestra red.

Para los participantes, esta iniciativa se presenta como una oportunidad de reforzar su imagen ante la sociedad, estrechar las relaciones, aumentar las oportunidades de éxito en el crecimiento de la iglesia y, además, nos permite pasar un tiempo que disfrutamos en comunidad, orar juntos unos por otros, y así regresar renovados, con nuevas ideas y expectativas para continuar con nuestra misión.

Dado el carácter heterogéneo del grupo, las acciones que desarrollamos son diversas y de diferente alcance.

Ser «Iglesia amiga» significa ser parte activa de nuestra red de trabajo, disfrutar de las ventajas que esta ofrece y descubrir nuevas oportunidades de potenciar el crecimiento de la iglesia.